miércoles, 20 de noviembre de 2013

Fin de semana fresquito en Dílar

Al pie y al sur de Granada y Sierra Nevada, se alza Dílar, con vega y alta montaña, hasta el Veleta. Junto al río Dílar entre nogales y pinos fundamentalmente se embosca el Aula de la Naturaleza Ermita Vieja. Bien regentado por la empresa Huerto Alegre. Y donde el dieciséis y diecisiete de Noviembre del dos mil trece, diecisiete personas entre socias, socias colaboradoras de Sapame y la compañera de uno de los asistentes  al fin de semana. Lo pasamos muy bien, comenzando después de acomodarnos en tres habitaciones, un taller de aves impartido por Dioni, acompañado por Pascual, ambos aficionados a la observación y estudio de las aves. También estaban con ellos la mujer e hijas de Dioni y las personas de Sapame en el salón del Aula de la Naturaleza Ermita vieja. Donde Dioni amigo de una de nuestras socias colaboradoras, apoyado con guías de campo de Feliz Rodriguez de la Fuente, imágenes y material suyo de campo, nos dio nociones de las aves que nos podíamos encontrar en la zona, y el material que hacia falta para la observación, estudio y grabación de sonido de las aves. Saliendo posteriormente al exterior del recinto con prismáticos para observar en devenir de las aves del entorno, pasándolo bien, aunque con algo de frío y aprendiendo algo del comportamiento y vuelo de las aves.


            Completando el taller de aves, con una explicación de como distinguir a las aves por su tamaño, forma, colores del plumaje, las pata y los picos. Poniéndonos imágenes ilustrativas y sonido de canto de aves, que le fuimos solicitando. En todo momento atento con las personas asistentes y con bastante conocimiento del tema. En general nos entusiasmó el taller de aves.
            Tras comer muy bien, descansar una hora larga. Con zumo y bizcocho buenísimo que nos pusieron, preparado para llevarnoslo. Dimos un paseo de unas dos horas por el bellísimo entorno de pinos y montañas Nevadenses y Dílareñas, por un carril que nos hubiera llevado al paraje llamado Ermita Vieja, que da nombre al Aula de la Naturaleza que estábamos. Si no hubiera sido porque nos dimos la vuelta unos veinticinco minutos antes de llegar, debido a que se nos estaba haciendo de noche y no llevábamos suficientes linternas para las personas que libamos.


            Descansamos un poco y Rosario animadora socio-cultural en practicas del ayuntamiento de Granada que está ahora en Sapame, nos deleitó con un teatrillo de sombras muy bien preparado por ella, e iluminado por nuestro socio colaborador Ignacio Martín y ayudada por la compañera de Ignacio, Pilar Romero. Nos gustó mucho, era un historia de una bondadosa luciérnaga y porque ilumina.
             Cenamos muy bien y fuimos atendidas las personas asistentes en todo momento con presteza y amabilidad por Ada y Chapi, portándose de maravilla con nosotras, así como la cocinera Mari Angeles. Dándoles el último día un aplauso y a la cocinera yendo todas las personas a la cocina.
            ¡Fiesta!, ¡fiesta!, baile, bebida sin alcohol y acompañamiento alimenticio, como frutos secos, aceitunas, patatas fritas... 

Con buena música puesta por Aurora, socia colaboradora que ha llegado a las personas de Sapame apenas hace un año y que  nos apoya bastante. Bailamos casi todas las personas asistentes, pasándolo de maravilla. Quedando al final cinco personas junto a la chimenea, arrancándose Aurora a contarnos dos bonitos cuentos, que escuchamos con mucha atención.
            Los rayos de sol entran por la mañana, amaneciendo el Domingo, con un degustación de aceite de la almazara de Dílar "Quaryat Dillar" de aceituna verde y selecta. Nos gustó mucho el aceite y casi no daban abasto a hacernos tostadas.
            Nuestra compañera Amaya nos dio en una sala preparada para ello un taller de plantas aromáticas que había allí y cremas y sustancias que llevaba ella. Yéndonos posteriormente con un buen día de sol y con algo de frío, al río donde al sol jugamos al juego del pañuelo, divirtiéndonos mucho, participan to casi todas las personas  del grupo.

            Un aperitivo con lo que nos sobró de la noche anterior, nos predispuso para una buenísima comida. Tras la cual y con el café,tes... . Yo leí un poema precioso de Mario Bennedeti acerca de la buena gente y otros más de los premios Atalaya. Continuando con un debate en un supuesto de que la tierra fuera inhóspito y solo se pudieran salvar cinco personas, quién sería, representando cada persona una profesión, resultó muy interesante la experiencia.

            Llegó el momento de despedirnos del lugar con tristeza por irnos y alegría y bien estar por lo bien que lo pasamos, estuvimos y fuimos tratadas las personas asistentes.


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