viernes, 2 de marzo de 2012

Visita a Jaén

Hola familia!
Hoy nos ha tocado una actividad lúdica y cultural, excursión a la ciudad de Jaén. Bueno, comencemos con esta excursión, una vez que llegamos todos, nos repartimos en varios coches. El viaje de ida fue divertido, reinó la comunicación y la música de Julio Iglesias que nos puso el Presi.



Nuestra primera parada fue en el parador del Castillo de Santa Catalina en dónde desayunamos para recuperar fuerzas, para mí y creo que para muchos de los “sapamistas”, fue uno de los edificios más bonitos que nos dejaron con la boca abierta: qué señorío y arquitectura, qué ventanales con sus postigos de celosía, qué pórticos de madera labrada, era colosal, esas lámparas de estilo medieval, todo se complementaba a la perfección y sobre todo era muy acogedor.
A continuación visitamos el Castillo, muy bonito, aunque estaba en obras y sólo pudimos acceder a una parte de él. Al lado se encontraba la Cruz de piedra que nos ofrecía una vista espectacular de todo Jaén.
Ya llega la hora de almorzar y bajamos al centro de Jaén, cuando dejamos los coches fuimos buscando un restaurante para comer cerca de la Catedral y en este recorrido nos quedamos un poco asombrados ya que esperábamos encontrarnos lo que teníamos nosotros en nuestra Granada y no fue así. Tengo que decir que no tiene nada que ver con Granada.


Una vez encontrado el restaurante y todos dentro de él, no veáis la que se lió, menos mal que nos dio por reír y nos lo tomamos de buen humor el ingente rato que estuvimos allí esperando, qué hambre pasamos, qué confusión y descontrol, no nos fuimos porque la comida se pagaba por adelantado, total un desastre. Más tarde fuimos a tomar un café al ladito de dónde “comimos”... ¡Qué cafetería!, ¡qué decoración!, ¡qué camareros!, fue como si el tiempo son hubiese pasado por allí, personas desajenas del mundo actual, impresionante nos quedamos a-lu-ci-na-dos, pero bien, nos gustó bastante. Por cierto, se llama Manila y os recomiendo que si pasáis por Jaén no dejéis de ir, está muy cerca de la Catedral, es como otro museo, yo personalmente os lo aconsejo.
Luego visitamos la Catedral, era colosal, grandiosa, preciosa, una obra maestra.
Llegó la hora de irse y los señores encargados de supervisar empezaron a contar al personal, con el infortunio de que nos faltaba un “sapamista”, y a partir de aquí se montó el lío. Nos desplegaron a todos para empezar con la búsqueda, el punto de encuentro era la Catedral o los coches, unos se dirigieron a los coches y otros al recorrido ante hecho, y transcurridos bastantes minutos de desesperación, por no saber dónde, ni cómo estaría nuestro compañero, el susodicho apareció un poco agotado y nervioso, pero entero gracias a Dios.
¡Pero aquí no acaba la cosa! Nuestro vice José Domingo y nuestra pequeña compañera Julia en la búsqueda del compañero se perdieron. Así que nos metimos en el coche del presi siete u ocho, helados de frío esperando, fumamos, reímos, comimos...
Por fin llegaron José Domingo y Julia, los vitoreamos los aplaudimos y tuvimos un viaje de vuelta muy ameno, pues teníamos tema para conversar y cosas que recordar. Y colorín colorado este cuento se ha acabado, me voy... me voy. Me lo he pasado genial relatando nuestro viaje ¡Os quiero!
Un abrazo y mil besos, Rosa.
P.D.: La próxima en la Alhambra y es de noche, ¿os perderéis algunos? ¿tendremos que ir atados uno a uno con cuerdas? Todo es posible en Sapame.

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