Taller de Ayuda Mutua

En el taller de Ayuda mutua de ayer realizamos un pequeño ejercicio de bioenergetica de enraizamiento, donde cada persona que participamos, experimentamos corporalmente nuestro estado emocional que nos conecta con nuestras defensas psiquicas.

En Bioenergética el grounding (enraizamiento), lo que persigue es “enraizar” a la persona en su cuerpo, su sexualidad y su relación con la tierra. Estar enraizado en la tierra significa que la energía y los sentimientos pueden fluir libremente a través de las piernas hacia el suelo, asegurando a la persona a través de sus pies, la posición y el equilibrio. Cuando se está “enraizad@”, se está arraigad@ en el proceso universal de la naturaleza. El enraizamiento se refiere de este modo, a la conexión energética entre los pies de una persona y la tierra, reflejando la cantidad de energía o sentimiento que desarrolla el individuo en la parte inferior de su cuerpo. El sentimiento de seguridad y autonomía está íntimamente ligado a la conexión entre los pies y la tierra. De este modo, se considera como uno de los ejes cardinales de la bioenergética “el asentar los pies sobre la tierra, hacer que la persona se ponga en contacto con la realidad en la que se mueve, con su cuerpo y con su sexualidad. Considerando a las piernas como órganos de descarga, en contraposición a la mitad superior del cuerpo, más ligada a funciones de incremento de carga, la bioenergética considera “que todo individuo que no tiene los pies en el suelo pende colgado”. En contraposición, tener los pies en el suelo (energéticamente hablando), rebela que el sujeto
está en contacto con la realidad, que no opera bajo el desvarío de ninguna ilusión, que no hay un exceso de desplazamiento energético hacia la parte superior del cuerpo y por lo tanto que puede conducir su vida de forma manual, autodirigida y autónoma.

“Estar lleno de vida es respirar profundamente, moverse libremente y sentir con intensidad”. Alexander Lowen