En la falda de
Sierra Nevada
Dílar
gracilmente está asentada.
Predominando
la conjunción
montañosa sin
parangón,
de los
esbeltos Alayos.
Dando el mayestático
Trevenque un
simpático
saludo a
Sierra Nevada,
de túnica
blanqueada
destacando el
veleta
de suntuosa
silueta.
Orgullo
Dilarense.
Aguas, aguas turbulentas,
bajan de La
Laguna De Las Yeguas;
por el río
singular de Dílar.
Orgullosas
salen del pilar.
Con gente rebosante de la belleza
saludable y
entrañable que atenaza
este humilde
pueblo
serrano.
Tiemblo
de regocijo
por ser
de él un
habitante ser.
En la falda de Sierra Nevada
Dílar
gracilmente está asentada.
Con su ermita
morada de su
reinecita
la virgen de
las Nieves.
En la falda de Sierra Nevada
Dílar
gracilmente está asentada.
De callejuelas
recoletas
y casas
blancas y coquetas.
Remanso de
tranquilidad
y buena
vecindad.
En la falda de Sierra Nevada
Dílar
gracilmente está asentada.
De José
Domingo Morales Morell
A cinco de
Marzo del dos mil catorce
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