Este
taller nos introduce en un ambiente inmejorable. Joaquín Cervilla acompañado de
su indudable carisma comienza las sesiones con un acogedor aroma a incienso y
la luz cálida de unas velas. Hoy lo primero que propuso fue un centramiento.
Nos cogemos de las manos y empezamos a hacernos conscientes de nuestra
respiración, de cómo cada célula de nuestro cuerpo se va alegrando con el
oxígeno y los nutrientes de algo tan cotidiano como respirar. Y así comenzamos
a departir con nuestro “coach” acerca de lo necesario que es ser
consciente de las pequeñas cosas que hacemos automáticamente y a las que no
prestamos atención. Cómo es necesaria una gran responsabilidad, una gran
motivación para decidir acerca de cada situación cotidiana que nos
conduce a materializar una acción. Y es que según Joaquín responsabilizarse
y decidir es una muestra más de comportamiento que refiere nuestra puesta
en marcha, nuestra recuperación, nuestra recuperación del proyecto vital. Es
necesario ser consciente de las pequeñas cosas, pararse, centrarse en
el aquí y el ahora y degustar cada bocado de comida, alimentarse de cada
nueva inspiración, vivir el presente y tomar conciencia de que en verdad
cada segundo pasa y no vuelve y que pasa tan rápido que no es posible
aprehenderlo y que sin embargo es nuestro único nexo a la realidad.
Joaquín
nos animaba en un mar de dudas que asaltaban a los compañeros: pero yo estoy
enfermo, pero yo tengo una etiqueta, pero como va a ser que yo pueda normalizar
mi vida y retomar un proyecto... etc. Él nos sugirió la meditación para encontrarnos
con nosotros mismos, no hay enfermos, la redistribución de nuestros flujos
nerviosos gracias a la meditación es un aprendizaje que redirecciona nuestras
capacidades, un aprendizaje como montar en bici que nuestro cerebro no olvida y
promueve una considerable ganancia en salud.
Aceptar
lo arbitrario, centrarse en el aquí y el ahora, vivir el presente,
en definitiva tomar conciencia e ir recuperando nuestra capacidad de
asombro en lo cotidiano que tan frecuentemente olvidamos, son directrices
que indudablemente ponen rumbo hacia la recuperación social y una alternativa
fascinante (yo flipo decía un compañero) a los tratamientos
convencionales.
Finalmente
Joaquín nos dijo: Todos tenemos una misión maravillosa, y estamos en el
camino de encontrarla. Todos debemos encontrar nuestro camino, y no hay otro, y
es el único que nos sirve. A continuación volvimos a relajarnos y a hacer un
centramiento y a renglón seguido todos los compañeros dibujamos nuestras
impresiones tras la sesión. Joaquín recogió los resultados con el nombre y nos
dejó emplazados al trabajo de la próxima semana.
En la
rueda de sentimientos el parecer de los compañeros fue por lo general positivo,
pero había desconcierto, dudas.... miedo... Lo maravilloso fue que
efectivamente lo comunicaran. Este taller es realmente acogedor,
amigable y profundo.
Os
seguiremos contando qué se hace por aquí por SAPAME.
Un
cordial saludo de Antonio Luque Fernández.
1 comentario:
hola, el taller tubo que estar chulo pero creo que no he entendido muy bien lo de que "la meditacion redirecciona nuestras capacidades", no se, pones el ejemplo de montar en bici pero no llego a entenderlo.
alezixmar
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