miércoles, 14 de julio de 2010

Taller de Sexualidad : El Mundo Emocional

El día 23 de junio y el día 30 de junio participamos en SAPAME en nuevas sesiones del Taller de Sexualidad que trataron sobre el Mundo Emocional.
¿De qué hablamos realmente cuando hablamos de afectos? ¿y de emociones, o sentimientos?
Las emociones, mas que de hablar sobre ellas, de explicarlas, hay que vivirlas.

Según Marina y López Pena en su “Diccionario de los sentimientos”, los afectos son todo aquello que a los seres humanos “nos conmueve, nos zarandea, nos apacigua, nos afecta en suma”.

Al principio del taller, hicimos un ejercicio de relajación para pensar en nuestras emociones y intentar de dar repuesta a la pregunta : “¿Qué podemos hacer cuando vivimos una situación que nos deja malestar?” Constatamos que la respiración es muy importante en el tema de las emociones.

Los afectos hacen referencia a todos los aspectos del ser humano e incluyen:
žComponentes fisiológicos
žComponentes expresivos
žComponentes culturales
žComponentes subjetivos

Cada emoción predispone o prepara al cuerpo para un tipo diferente de repuesta:

- La ira aumenta el flujo sanguíneo en las manos y aumenta el ritmo cardíaco y la tasa de hormonas que generan cantidad de energía necesaria para acometer acciones vigorosas.

- El miedo : La sangre fluye a la musculatura, la repuesta hormonal pone al cuerpo en estado de alerta y la atención se fija en la amenaza para evaluar la respuesta más apropiada.

- La alegría aumenta la actividad de un centro cerebral que inhibe los sentimientos negativos y aquieta los estados que generan preocupación y aumenta el caudal de energía disponible.

- El amor activa el sistema parasimpático, ligado a la relajación y da lugar a un estado de calma y satisfacción que favorece la convivencia.

- La sorpresa : el arqueo de cejas aumenta el campo visual y permite que penetre más luz en la retina, dándonos más información sobre el hecho inesperado. Facilita el plan de acción más adecuado al saber qué ocurre realmente.

- La tristeza nos ayuda a asimilar una pérdida irreparable. Provoca una disminución de energía y del entusiasmo por actividades. Nos brinda la oportunidad de llorar una pérdida, sopesar sus consecuencias y planificar un nuevo comienzo.

Para acabar, constatamos que las emociones no son positivas o negativas, simplemente son. Si no permitimos que se expresen, eso es negativo.

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