Compañeros, deciros
que este taller sigue proponiendo temas de debate y un ambiente íntimo en el
que Joaquín Cervilla nos sugiere y da ideas sobre cómo mejorar en cuestiones
problemáticas. El hecho de tomar conciencia y adquirir hábitos mentales como la
meditación, el centramiento y en definitiva la conciencia de las cosas de la
vida cotidiana no se riñe con por ejemplo la concienciación del amor, (Lo
imposible es posible, era en algún modo el reclamo de esta realmente efectiva,
divertida y útil sesión).
Con cierto aire a la
filosofía procedente de oriente, un amigo Japonés presente en el taller, y
todos los interesados en Recuperar nuestra capacidad de asombro, Joaquín hoy
nos habló sobre la unidad. En algún modo somos uno con Gaia (la madre Tierra),
sentirnos vivos en cada respiración, dar gracias a la vida, sentirnos uno con
los hermanos árboles y vivenciar en nuestra experiencia que cada acontecimiento
y cada decisión influye sobre el resto, es un ejercicio fácil y saludable. El
concepto de unidad, nuestra personalidad, nuestra identidad, no solo depende de
la cultura a la que en algún modo pertenecemos, sino a la madre tierra. Somos
seres humanos, vinimos al mundo escindidos del reino animal, nuestros instintos
no están determinados y tomamos decisiones, elegimos nuestro futuro, decidimos
en algún modo qué es lo que somos…. La unidad con los seres y la naturaleza, la
concienciación del amor universal del que somos partícipes y la conciencia, son
temas sin duda interesantes y estimulantes para acogernos al aquí y al ahora
del día a día.
Nuestro amigo Japonés
“Matschumori” dijo algo muy interesante apostillando a nuestro querido y
acertado Joaquín: En este proceso de la conciencia universal, de unidad y
reflexión consciente, no hay ninguna panacea. Cada persona somos la doble cara
de una moneda; una parte es luz y la otra por desgracia también es oscuridad.
La oscuridad, la enfermedad, hay que esperarla, no olvidarla o darla por
inexistente dado que todos somos en algún modo vulnerables. Si tomamos
conciencia de ello, si esperamos “el lado oscuro” podremos actuar en
consecuencia, si somos conscientes podremos evitar el mal y seguir nuestro día
a día, “lidiar” con la adversidad.
Y algo más para
concluir: Estos temas trascendentes de la conciencia, el amor, la unidad, son
difíciles de aprehender, pueden generar desconcierto, pero nuestro coach
Joaquín, vigoroso y expansivo, realmente imprime positividad al taller y después
de la sesión la consecuencia es realmente positiva, estimulante y vivificante.
Os dejo con una frase
del Dalai Lama que seguro agrada a “Matschumori” y los posibles lectores del blog: “Decidido a
triunfar en todo, siempre practicaré el amor a todas las personas, que son más
preciadas que las gemas que satisfacen los deseos”.
Afectuosamente
Antonio Luque Fernández.
Tenemos que tener esa capacidad de asombro como un adolescente, seguir aprendiendo hasta el final de nuestras vidas.
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