La salud no es
una mercancía:
“Observamos una
tendencia creciente hacia la privatización del sistema de salud y las
organizaciones de atención, independientemente de que los sistemas de salud
estén estructurados por regulaciones gubernamentales o fondos de seguros. Cada
vez más, los sistemas de salud se comercializan, y la salud y la enfermedad se
están convirtiendo en una mercancía.
• Hospitales públicos e instituciones se privatizan.
• Empresas con interés de lucro están a cargo de los servicios de hospitales públicos y centros ambulatorios.
• En los sistemas de salud organizados por el gobierno, las empresas privadas están autorizadas a ofrecer y facturar los servicios.
• Las ganancias y superávit que generan los servicios de salud revierten en los inversores y no en beneficio de los ciudadanos y los pacientes.
• Los servicios médicos prestados normalmente por las instituciones públicas de salud son cada vez más limitados y restringidos, mientras que el sector privado aumenta y ofrece estos servicios con costos adicionales para el paciente.
• Los servicios altamente técnicos son cada vez más caros.
La privatización
de los resultados del sistema de salud amenaza el principio de solidaridad y
supone un - mayor riego individual para
los pacientes. También restringe la influencia democrática, el control y la
participación. La presión cada vez mayor de las empresas para generar
beneficios conduce a la subordinación de las prioridades médicas a las preocupaciones
económicas y socava la relación paciente- médico.”
Revista de la
Asociación Española de Neuropsiquiatría, nº 117.
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