En Sapame, nos reunimos los lunes de 19:00 a 20:30, en el conocido espacio del Termómetro Emocional, que no es mas que un taller: donde exploramos las emociones que experimentamos en el transcurrir de nuestras vidas. Este curso al igual que el pasado, estamos trabajando con las emociones básicas: tristeza, rabia, alegría y miedo. Además hemos explorado una emoción de tipo social, adquirida o aprendida normalmente en una etapa muy temprana de la infancia, como es la vergüenza. Emoción que la mayoría de las veces, tiene que ver, con un sentimiento de perdida de la imagen social, mascara, personaje o autoconcepto de nosotros mismos, dificultando el desarrollo del potencial humano de nuestro ser. Esta es la cuestión, ser frente a hacer, sentir frente a pensar, experimentar frente a teorizar... dualidades de un continuo que mas que seguir polarizando, se trata de ir acercando e integrando, para ampliarnos como personas mas flexibles, ante situaciones, en la que la vida nos pone constantemente.
Ahora en estos últimos días, hemos trabajado en un tema controvertido “la fuerza de voluntad” a petición de la mayoría de las personas que participan en el taller. Como no podía ser de otra manera, y desde la perspectiva de la gestalt. Este trabajo lo hemos abordado desde la autoexploración y cuestionamiento, de lo que para cada persona es la voluntad, viendo hasta que punto, el lugar donde me encuentro con un asunto concreto de mi vida, es resultado de falta de voluntad o de un introyecto o precepto que me he tragado sin digerir. Cuando utilizamos nuestra fuerza de voluntad para conseguir objetivos que no responden a nuestra manera de ser, sino que nos los proponemos con el afán de complacer a los demás, o con el fin de plasmar la imagen ideal que hemos forjado de nosotros mismos, creamos una especie de autómata en el que queda encerrado nuestro ser vital. La verdadera madurez solo puede lograrse desde lo mas profundo de nuestro ser, y antes de intentar conseguir algo, a fuerza de voluntad, estaría mejor conocer cual es nuestra necesidad mas genuina y autentica y por la queremos apostar.
Una vez mas, os doy las gracias a todas las personas que los lunes hacéis posible este espacio de autoconocimiento y crecimiento personal, para mi es un privilegio compartir algo tan intimo y acompañaros en la desnudez genuina del acontecer de vuestras vidas, las que siento tan cercanas a la mía.
Los lunes a las siete de la tarde se abre para mi una puerta a la esperanza.
Maria Salazar
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