El día como estaba previsto amaneció nublado, a pesar de
ello las personas socias de Sapame que habían quedado el Sábado veintinueve de
Marzo para ir a Dílar ha practicar la
terapia con los caballos, tenían la infundada esperanza de que no lloviera a
las doce del mediodía, hora de la equinoterapia. Nos reunimos en mi casa en
Dílar, donde nos dispusimos a tomar algo y dialogar sobre la conveniencia de
suspender la equinoterapia o no. Lloviznaba y a pesar de ello decidimos esperar
a las doce a ver si dejaba de llover, aunque algunas personas insistían en
suspenderla.
Calentitas
las personas asistentes en el salón de mi casa, inevitablemente llamamos, a
ver qué pensaba , a Fernando, propietario del centro ecuestre Los Alayos. Él nos dijo que había salido y que estaba chorreando a pesar de ir preparado
para la lluvia. Así que de mutuo acuerdo decidimos aplazar la equinoterapia
para el veintiséis de Abril. Y esperemos que no nos llueva.
Subimos
chispeando a las cercanas de la ermita nueva de Dílar, donde estaban los
establos, donde los caballos y yeguas comían. Estuvimos un rato con ellos y
ellas y nos bajamos a mi casa, donde algunas personas se fueron a Granada, quedando algunas que, tras un mostillo de Dílar, se fueron. Al final quedamos sólo
mi querido amigo Norberto y Raquel Avi, muy apreciada por mí.
Tras
comer calentados y calentada por la chimenea, Raquel Avi se dispuso a hacerme
un retrato, que le salió muy bien. En él, estoy como en ese momento, con los parpados semicerrados y cara seria. Dos
horas estuvo pintándome, lo cual le agradecí.
Pasamos
un buen día a pesar del mal tiempo y la suspensión de la equinoterapia. Ponerse
en contacto conmigo las personas que quieran ir el veintiséis de Abril del dos
mil catorce a la sesión de
equinoterapia, que tendrá lugar ese día, el precio son quince euros, avisarme
con una semana de antelación.
José Domingo Morales Morell a treinta y uno de
Marzo del dos mil catorce.
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