Tan relajante
la altiva visión
del Veleta, cara norte,
como la sensación
de una agradable sonrisa.
Contemplar al pájaro
dar de comer a sus crías,
inmenso amparo
materno, un desliar los días,
la madeja del eterno amor,
grata sin razón filiar.
La bondad primaveral
del florecer vital.
Es dar sin
recibir nada sin
recompensa
Sincero amanecer
en el renacer,
de la sinceridad
humana, lealtad,
valores naturales.
La concordia
del cielo
con la tierra,
la paz es lo
que siempre querrá
la humanidad.
Valores, valores
inherentes
a la naturaleza,
y la humana raza.
José Domingo Morales Morell
A veintiocho de Marzo del dos mil catorce
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