El panorama de la salud mental en españa está dando pasos hacia atrás. La crisis y los proyectos de ley del gobierno en funciones están echando un lastre al colectivo de los problemas de salud mental de un modo al que tenemos que estar atentos.
Un dato es que en españa hay solo dos únicos psiquiátricos penitenciarios (en Sevilla y Alicante). Y por otra parte, decir que el 5% de la población de las instituciones penitenciarias está diagnosticada de TMG (trastorno mental grave), privados además de las prestaciones que su situación de salud requiere y sufriendo penas que en teoría deberían ser inimputables o eximidas en virtud de un proceder específico en aras a la reinserción en un régimen más ambulatorio.
No solo ya es el estado de pérdida de libertad lo que acontece cuando se comete delito o se infringe la ley, sino que los compañeros diagnosticados de enfermedad mental, según caso, pueden llegar a pasar más de doce horas privados de un paseo recluidos en una sola habitación, no en las mejores condiciones de habitabilidad, y con una tele o poco más, medicación ejemplarizadora, y una presión insalvable hacia el autoestigma y la cronicidad.
Además con el nuevo proyecto de ley sobre salud mental ya mencionado, por un hecho punible de 6 meses de prisión en una institución psiquíatrica penitenciaria, en el mejor de los casos, si se da el ingrediente de peligrosidad o el ojo clínico del facultativo así lo sugiere, puede ser revisable su estado por períodos de cinco años, llegando incluso a completarse todo el ciclo vital si la sociedad no da acogida al preso, con lo que parece, lo avanzado en la reforma psiquiátrica, regresa a estados de instutionalización excesiva y oculta a la opinión pública, y se convierte en un riesgo real de vulnerabilidad añadida al colectivo de usuarios.
Tras esta introducción decir que los compañeros de sevilla han representado una reivindicativa y simpática actualización del Quijote, con molinos de viento de los nuevos, ordenamiento de Caballero andante, comienzo de la locura y una muerte del protagonista en la más dramática de las corduras.
Como se ha dicho por alguno de los actores: No se puede hablar de una enfermedad general, como aseguran los manuales diagnósticos, facistol de los horrores; es necesario despatologizar la psicología clinica, e incluso algún profesional ha aventurado la necesidad de una nueva reforma psiquiátrica.
¿Qué es peor? ¿la estigamatización de los problemas de salud mental o tener conciencia del delito? Un compañero ha sido contundente: prefiero ser un preso a enfermo mental. La sociedad no distingue pasar por un problema de salud o ser un enfermo, se ha dicho...
En resumen todos los actores han estado muy a la altura del auditorio y de las preguntas. Finalmente yo digo:”Cambiar el mundo, amigo Sancho, que no es locura ni utopía. Sino justicia. ...
Gracias a Sergio por invitarnos al evento, a los compañeros de sevilla desearles que se les pase el tiempo ligero, y al decanato de psicología gracias de nuevo por promover actividades que acercan la universidad a la práctica real de una disciplina.
Afectuosamente Antonio luque fernández
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