En un paraje de arboleda,
verde y monte, en El Centenillo de Sierra Morena, pueblo minero en el
que estuvimos albergandonos en Villa Paz, un albergue religioso
llevado por Elicio párroco del pueblo y una monja.
Llegamos al
pueblo el viernes uno de Marzo, sobre las una u media de la mañana.
El recibimiento fue acogedor, en la puerta nos esperaba Elicio,
Alfonso encargado de mantenimiento y una señora muy simpática,
además de unos perritos cariñosos.
Después de comer bien
y descansar un poco, salimos a dar un agradable paseo, el tiempo
estaba nublado, pero algo mas calmado que el Jueves 28 de Febrero,
que teníamos que haber partido de Granada para el Centenillo y no
fue posible por una gran nevada que cayo en Granada y alrededores y
dejaron la carretera cortada. El paseo fue agradable, llegamos
todos/as a una fabrica de plomo situada al pie de un pozo minero
desde donde la vistas eran preciosas.
Disfrutado del entorno
arbolado y montañoso, seguimos el camino, pero al empinarse este la
mayoría se dio la vuelta y seis personas seguimos el caminar que
duró unas dos horas y algo más. Nos gustó mucho el entorno y ya en
Villa Paz, Tras ducharnos, Bibiana la psicóloga, nos dio una sesión
de relajación, que estuvo muy bien.
Después de una sopa
caliente y más viandas, vimos la película “Instinto”, que
a la moyoría nos gustó mucho. Iba sobre un hombre de espíritu
libre que estuvo dos años viviendo entre monos y al hacer una
matanza de monos/as los guardas de la zona, les agredióy lo
internaron en una cárcel con las personas con trastorno mental
grave. Al final logró volver a la selva.
El Sábado y el Domingo
por la mañana estuvimos andando por los alrededores del pueblo,
unos/as más y otros/as menos. El trayecto del Sábado fue mas largo
y cuesta arriba al volver y el del Domingo, más corto y suave, pero
con aventurilla, fuimos por un camino que sabíamos por el mapa que
terminaba y debíamos andar por un camino de cabras, muy cuesta
arriba que nuestro guía Ignacio Martín, consiguió encontrar,
llevándonos sanos y salvos a Villa Paz.
El Sábado por la noche,
tuvimos una fiestecilla improvisada, en la que estuvimos bailando y
dialogando al final, hasta la doce de la noche. Cansados/as pero
animados/as, el Domingo después de comer, sobre la tres y medía
nos despedimos de Elicio y demás personas de Villa Paz. Y
emprendimos el viaje de regreso. Parando en Guarromán a probar los
famosos hojaldres de allí. íbamos cansados/as, pero muy
contentos/as y satisfechos/as por los buenos días pasados en el
Centenillo.
Se nota que disfrutasteis! Qué bueno salir y ver y hacer cosas nuevas. Un abrazo compañeros!
ResponderEliminarEl Centenillo es un sitio espectacular. Me alegro que lo pasaseis genial ¡¡
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