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martes, 15 de enero de 2013

Mi experiencia en Sapame

¡Buen día con alegría compañeros y compañeras de Sapame!

Soy Irene, y como ya sabéis, llevo ya dos intensos meses haciendo las prácticas de Trabajo Social en esta asociación. José Manuel me pidió una reflexión sobre la experiencia que estoy viviendo en Sapame. Es difícil poner las palabras justas a tanto, tanto que siento y que he aprendido, pues es inmenso lo que Sapame me está aportando, y que ya forma parte de mí, para siempre, pues he crecido un poquito más, he dado unos pasos más en mi camino, y vosotros me habéis acompañado en esa aventura.
Para intentar poner orden a tanto que pasa por mi mente y corazón en relación a Sapame, me he preguntado qué estoy aprendiendo, y qué ha cambiado en mí tras mi paso por aquí.

Elegí Sapame porque quería realizar mis prácticas en un dispositivo no institucionalizado y sobre todo, de naturaleza autogestionaria, creada por y para los propios interesados. Quería un movimiento de base y colectivo. No encontraba mi “hueco” en el trabajo social, pues nunca he querido trabajar para la administración, y las diferentes vías que iba conociendo no me convencían, pues a mi parecer, se hundían en la burocracia y los procedimientos y quedaba por último la persona, motivo por el que yo estudié trabajo social, por mi profundo amor e interés por el ser humano en todas sus dimensiones y facetas. Sentía que no encontraba la alternativa al Trabajo Social que yo idealicé y me encontraba bastante desmotivada y desconectada con mi carrera.

Todo eso ha cambiado en cuanto entré en contacto con SAPAME, me considero muy afortunada pues he encontrado el ejemplo perfecto. En SAPAME, todo, y digo TODO, gira en torno a las personas, son el eje y el motor principal, y la prioridad ante todo; las personas y su bienestar.

En la dinámica diaria de papeleo, organización de actividades, búsqueda de recursos, preparación de ponencias, etc. siempre hay espacio, y de hecho se congela todo lo anterior mencionado, si alguien entra en la oficina con alguna inquietud, malestar o alegría que quiera compartir, la prioridad se centra en esa persona. Pues bien, para mí, eso es Trabajo Social, esa es mi idea de Trabajo Social y el motivo por el que lo estudié, por el humanismo, por el amor entre las personas, por esa voluntad de compartir, de ayudar, de aprender y enseñar... de crecer conjuntamente. Se respira humanismo y comunidad, se siente la colectividad.

Siempre me ha interesado la Salud Mental, de hecho ya realicé otras prácticas (de Integración Social) con este colectivo, pero desde un enfoque más médico. Aún así, en las anteriores prácticas aprendí también mucho sobre el ser humano, y sobre lo difusa que es la línea entre lo que hacen llamar “realidad” y “locura”.
Me viene a la mente una frase del libro que están leyendo en el Taller de Lectura: “Eres un ser humano, no un tener humano”. Conozco muchos “teneres” humanos fuera de la asociación, pero me llena y me ilusiona el poder sentir que Sapame está llenito llenito de seres humanos, que se tienen a sí mismos, que priorizan el ser al tener, y eso se respira en el ambiente, y me nutre y me llena de muchísima buena energía, salgo cada día de allí con alegría, con más ilusión y esperanza en el ser humano.

También he empezado a ser más consciente del enorme estigma que sufre este colectivo, pues entre varios agentes sociales (medios de comunicación, profesionales, etc.) hay un gran número de estereotipos, discriminaciones, etc. causadas por el desconocimiento y la falta de contacto con este colectivo. Por ello, es importante conocer la realidad de primera mano, ya que disipa todos esos prejuicios sin fundamento que tanto daño pueden hacer. Pero también me sorprendió mucho cómo ello puede llegar a influir a los propios afectados por el estigma, creándose el autoestigma, es increíble como las fuerzas externas cambian la autopercepción de uno mismo; ésto último también me sirvió para aplicármelo personalmente, cómo en base a los demás a veces nos creamos imágenes de uno mismo que son eso, imágenes, y no tu Ser en esencia y en realidad.

No quiero poner nombres concretos de personas, pues estoy aprendiendo de todos, y todos me aportan muchísimo, ya forman parte de mi por su humanidad, su calidez, su sabiduría, su alegría, su energía, su compañerismo, su lucha... me nutro de todas y cada una de las personas que están en Sapame, y espero yo poder nutrirlas un poquito.

En definitiva, y para no enrollarme más, estoy contentísima con todo lo que estoy aprendiendo en SAPAME, está siendo una experiencia personal, formativa y vital que ya forma parte de mi para siempre.
Un abrazo, Irene :)

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