Queridos y queridas lectores de nuestro blog, os quiero
contar como nos fue en la sesión del Taller de Ayuda Mutua que tuvimos ayer.
Yo formo parte de la Asociación y aunque no padezco ninguna
patología mental el destino, o como cada uno quiera llamarlo, me ha llevado
hasta esta gran familia y a su grupo de Ayuda Mutua. Primero quiero decir que
para mí es muy importante este taller y la labor que desempeña para las
personas que de él participan.
Los que no padecen enfermedad alguna o no sufren de ninguna
desventaja social, por lo general no acuden a este tipo de talleres o grupos, y
quiero decir que es una pena ya que todo el mundo necesita de un espacio en el
que se sienta aceptado, no juzgado y dónde sepa que las personas lo escuchan
cuando sienta la necesidad de llevar sentimientos o emociones hacia fuera.
Estoy muy contenta de poder ser una más en las sesiones que
venimos desarrollando cada miércoles y quiero agradecer a mis compañeros y compañeras la aceptación y
comprensión que proyectan hacia mí, puesto que ellos saben muy bien que no
importa quien seas, cuales sean tus cualidades o circunstancias personales. Lo
que sí importa es que puedes hacer por el grupo y que puede hacer el grupo por
ti.
Bueno sin más dilaciones paso a contaros que el tema que ayer
tratamos fue, el ya muy famoso, “empoderamiento”. Esto claro después de dedicar
el tiempo necesario para la Rueda de Sentimientos que siempre abre las
sesiones.
Esta quizá quizás sea la parte más importante, o al menos yo
lo veo de esta forma, porque la gente encuentra en ella un momento de desahogo
y los demás practican la escucha activa. Cuando transformas en palabras tus
sensaciones negativas pasa algo muy curioso y es que parece como si
desaparecieran o al menos se hacen menos pesadas porque tienes la impresión de
que tus compañeros te ayudan a soportar esa carga. Tu cuerpo se siente más
liberado y tu alma más calmada.
Para abordar el tema del “empoderamiento” empezamos con una
dinámica en la que cada uno contestaba de forma individual a dos preguntas:
-
¿Qué significa para nosotros tener el poder sobre nuestras
vidas?
-
¿Qué requisitos pensamos que son necesarios para que este
poder se pueda dar?
Después lo pusimos en común, y a parte de que todos teníamos
muy claro cual es el significado y qué requisitos son necesarios, nos dimos
cuenta que prácticamente la mayoría
necesitábamos las mismas cosas para sentir que poseemos ese poder. Estas son
capacidad para tomar tus propias decisiones, poder llevarlas a cabo, tener
tanto deberes como derechos, ser responsable de las consecuencias de tus actos,
tener salud física y mental, tener
acceso a la información, participación social entre muchas más.
Más tarde José Manuel, nuestro Presidente y el encargado de
impartir el taller, nos entregó unas fotocopias en las que se explicaba muy
bien en qué consiste dicho “empoderamiento” de las que me gustaría destacar dos
cosas importantes.
La primera es que no se trata de un acto o hecho aislado,
sino que es un proceso, una serie consecutiva de acciones que llevamos a cabo y
que nos aportan una imagen de nosotros mismos más positiva.
La segunda es que esta palabra incluye cuatro factores que
son:
-
El componente cognitivo. Este hace referencia al ser
consciente de las causas que hacen que nuestra vida sea de la forma que es.
-
El componente psicológico. Aceptar a nosotros mismos y aceptar
el cambio personal que podemos llevar a cabo dejando atrás o “desaprendiendo la
desesperanza aprendida”.
-
El componente económico. Cuanta más independencia exista,
mayor independencia general.
-
El componente político. Afrontar los problemas sociales como
individuos y como colectivos para poder transformar todo aquello que produce
marginación y estigma.
Bueno ya me despido, un abrazo muy fuerte y que tengáis un feliz día.
Ada Román.
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