Buenos días por la mañana, el lunes pasado Ana nos hizo una pequeña entrevista a todos los “sapamistas” relacionados con el anterior taller de autocuidados en salud. Comenzó preguntando si habiamos llevado a cabo a la práctica los consejos ya mencionados el lunes pasado. El más pronunciado fue el que tenía relación con la “higiene del sueño”.
Personalmente ha sido el más provechoso y al que más partido le he sacado junto con la respiración, es verdad que con un poco de disciplina y cambiando de hábitos lo llegas a lograr. Antes cenaba poco, me acostaba tarde, veía bastante televisión y la medicación no la tomaba a la misma cada día, dormía poco, despertaba muy a menudo y me levantaba cada día a distinta hora, desganada, desmotivada y con mal cuerpo.
Ahora sigo una rutina diaria de comida, medicación y el mismo horario de sueño, junto con la respitación y con serenidad, pensando en cosas positivas. La mañana se me ha hecho menos pesada, duermo mejor, cada día un poco más, me siento con más fuerzas y vitalidad y ganas de hacer más actividades que me aportan más satisfacción.
Este es el efecto que ha surgido en mí, pero hay que seguir completando la cuestión con más claves saludables que Ana nos propone.
Un sinónimo de ansiedad, depresión y muchas más patologías es el aburrimiento tedioso. La ansiedad suele durar de 10 a 20 minutos, un accesorio muy reivindicador es la respiración y si la practicas diariamente se repone cada vez mas pronto porque llegas a controlarla y no hay situaciones porque puedes mejorarla.
Todos los órganos y músculos que rodean a nuestro corazón se tensan, lumbares, pecho, abdomen, cuello, nos provocan miedo, pensamos que nuestro corazón va a estallar, que nos va a dar un “patatús”, nos falta el aire. Pues que sepáis que esos síntomas son difusos, es un mecanismo de defensa y es normal. Debemos regular ese mecnismo transmitiendonos sensaciones placenteras y gozosas porque no nos ocurra nada, solo es nuestro miedo o ignorancia, un peligro imaginario y lo peor es que te lo llegas a creer.
Así que empezemos con un estilo de vida saludable, porque este es incompatible con la ansiedad. Vamos a fomentar actividades, hábitos de sueño, comida, deporte y habilidades sociales. Todo con rutina y orden, aunque te cueste, no estes motivado ni ilusionado es esencial que te actives y le eches ganas.
Incido en las actividades ,en la medida que cada uno pueda, en el esfuerzo y la voluntad para combatir el aburrimiento, no es fácil lo sé, atrevesaréis baches y luego rodará por sí solo, el camino o sendero más escarpado, abrupto y costoso, es el más reconfortante y diáfano, veréis gran cantidad de luz y desaparecerán de vuestra mente ideas, imágenes y recuerdos malévolos se evadirán y será el ocaso de vuestros miedos.
Para este nuevo despertar que queremos y anhelamos, Ana nos hace dos preguntillas:
1. ¿Qué te cuesta más trabajo hacer?
Los “sapamistas” contestaron: ir de compras, comunicarse con los demás, ser impacientes, vivir en soledad...
2. ¿Qué estáis dispuestos a hacer?
Es imprescindible indagar en lo que te provoca el no hacer las cosas y hablar el modo de sustituir estas situaciones y de mejorarlas, distraete haciendo lo que más satisfacción personal te de, no te surmas en el aburrimiento.
Y como punto final, Ana nos previene, comentandonos que la mañana es lo más costoso para todos, así que no penséis por la mañana, debéis poner en funcionamiento la forma de sobrellevar el primer momento del día, luego veréis que ha sido más magnífico de lo que pensabais (ponerle las pinceladas de sabor, olor, amor y toda la gama de colores y mexclarlo todo, os saldrá un titufruti subliminal).
Me voy, y os dejo por hoy, pero mañana habrá más y espero que mejor.
Un abrazo y 1000 besos.
Reflexión: ¡y digo yo! ¿porqué nos complicamos tanto la vida?, ¿porque dejamos que nos la compliquen?, ¿tenemos que dejarnos llevar por la sociedad?. ¡Pues no!
De ahora en adelante nos vamos a aferrar a lo que nos surga, es decir, “sobre la marcha”. Ya poseemos demasiada información ¡ Así que! Coged lo que más os beneficie y os haga sentir bien y de ahí que no “te apeen”.
P.D.: Felicidades a las mamis, mamás y madres y dejad caer un regalo para ellas. Aunque ellas con un beso, sonrisa, una flor o una caricia son dichosas. Repartirles un poco de felicidad no cuesta nada. ¡ Son las mejores!
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