¡Hola familia!
Bienvenidas/os a esta nueva edición del taller de la dulce Bibi, que otra vez nos expresa con ternura y gran sabiduría, detalles sobre emociones y elementos que todos poseemos y nos ayudan a tener cada vez más, una comunicación con los demás, más sociable y con gran sensibilidad hacia los receptores que nos escuchan y utilizan nuestras armas para una fluidez verbal con cariño y sentimiento, y sobre todo con destreza y habilidad.
La información con la que Bibi comenzó trató de la emoción visual. ¿Cómo podemos expresar por gestos corporales, faciales y emociones esenciales la comunicación con los demás? Con todas estas pequeñas pinceladas, podemos decir más, y comunicarnos con los demás, más que con palabras, debido a que si nuestros gestos no concuerdan con nuestras palabras, la comunicación verbal no nos llega del mismo modo, es decir, confusa.
Los humanos tenemos muchas emociones: rabia, indiferencia, alegría, apatía, cariño, rebeldía, deseo, sorpresa, ilusión, dolor... Todas estas emociones, conjuntamente con la gesticulación de las partes de nuestro cuerpo: labios, ojos, pelo, cejas, brazos, piernas, tronco... Y complementado con un movimiento exagerado o armonioso y con una expresividad acorde con las partes de nuestro cuerpo y de nuestras palabras, nos hace entender y comprender con más claridad lo que nuestro emisor nos quiere transmitir, un ejemplo, podría ser: si tu semblante sonríe y dices que estás alegre, son dos aliados que tienen afinidad y nos aclaran que tu situación es la que dices y demuestras. Todo lo contrario sería si la faz de tu cara es triste y tus palabras evocan que te sientes alegre, estarías confundiendo a tu receptor, porque el habla no transmite lo que la faz de tu cara demuestra.
Si recibes un regalo y no te muestras sorprendido, no transmites sorpresa, no gesticulas o te quedas apático, estás evocando indiferencia o cualquier tipo de emoción parecida.
En resumen. Para transmitir nuestras emociones debe haber gestos comunicativos y comunicación verbal, tiene que haber química entre ambos y la comunicación será fluida y muy entendible.
Otro punto necesario y fundamental para el entendimiento y escenificación sería: ¿el qué decir? ¿y el cómo?.
La ironía es una emoción que denota casi siempre una forma despectiva de comunicación, pero si el emisor procura no ofender dándole un toque de humor y expresándolo de buena manera y forma, seguro que el receptor nunca se sentirá ofendido.
Debemos tener en cuenta otros factores como el lugar y el momento adecuado, saber esperar para que la comunicación surga un efecto apacible. Lugares que no son recomendables para la comunicación, podrían ser: un velatorio, un chiste inoportuno en un momento de estrés a la llegada de un día de trabajo, en el coche, por teléfono, en una iglesia...Éstas situaciones y lugares para comunicarnos, nos pueden llegar a estresarnos y malinterpretar la comunicación. También puede haber confusión o todo lo contrario. Si la situación y el momento es el idóneo, evocas cariño, esbozas una sonrisa, demuestras ternura, amabilidad, acompañándola de un gesto y utilizas el tacto, como un beso, una caricia, un abrazo o un apretón de manos... En determinadas y repetitivas ocasiones, piensas que ese emisor te transmite cariño, pero si cuando necesitas a esta persona en un momento que es importante para ti y no está o no quiere estar, por cualquier motivo, sientes que lo te dió no es real, sino falso, puede llegar a confundirte muchísimo, así que debemos de huir de los agresores de afectividad.
A continuación Bibi nos pidió un ejercicio de comunicación entre los “sapamistas” para escenificar con gestos, emociones y palabras, lo que habíamos aprendido, y con un juego de palabras y parodias nos mostró cómo puede cambiar para bien o para mal, la forma y significado de las palabras, emociones y gestos.
Ejemplo:
Nunca me escuchas.
Siempre me mientes.
Jamás te preocupas por nada.
Estos 3 ejemplos son radicales de extremo a extremo, y no son recomendables para una cordial comunicación.
Esta clase de comunicación es muy afirmativa ¿No sería mejor decir?
A veces creo que no me escuchas.
Pienso que no me dices la verdad, y a lo mejor, es que yo lo interpreto mal.
Si puedes y no te molesta, me gustaría que te preocupases un poco más por mí, lo necesito, ¿vale?.
Éstas serían una buena forma de comunicación que no resulta ofensiva y ayuda de una forma tranquila y con un tono cariñoso y de dulzura a ambos.
El lenguaje de comunicación, puede llegar a catalogar y etiquetar a una persona como pasiva, opresiva, vaga, activa, intolerante, irresponsable...
Debemos de practicar, poner todo nuestro énfasis, tono y tacto agradable y buscar el mejor momento y el lugar adecuado para la mejora y la armoniosa comunicación. También hay que comprender que una enfermedad es una barrera para la comunicación y debemos utilizar y agudizar nuestra tolerancia e inteligencia para poder sobrellevarla lo mejor posible.
Bibi tocó también el punto de la comunicación de géneros. Dos hombres tienen unos matices y afinidades al comunicarse, los mismos que dos mujeres, sin embargo, hombre y mujer no compartirían los mismo matices debido a su género. Los receptores y emisores deben tener un nivel de tolerancia, respeto y no poner un malecón o barrera para una comunicación cordial, amigable y fluida. Y facilitar un buen entendimiento para nuestro beneficio. La tarea de la comunicación positiva está al alcande de todos, tanto la verbal, como la gesticular y emocional. Aprovechemos este don.
¡Me voy! Gracias por leer lo que escribo, para mi ansiedad-depresión es el mejor fármaco. Y una gran satisfacción haceros llegar lo que aprendo y lo que sale de mis adentros, me aporta paz y calma. ¡Os quiero!
Un abrazo y mil besos!
PD: que triste y oscuro sería este mundo si fuésemos sordos de corazón, inmóviles de gesticulación y evocadores de desinterés. Gracias Bibiana por tu interés, tu corazón y el esbozo de tu sonrisa.
Rosa.
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