- Saber cuidarnos.
- Saber cuidar a los demás.
- conocer nuestras propias emociones.
La segunda habilidad práctica de la inteligencia emocional es el control de los estados anímicos.
Nuestro estado emocional varia a lo largo del día en función de lo que nos ocurre y de los estímulos que percibimos, otra cosa e sque tengamos siempre conciencia de ello.
Los sentimientos alteran el pensamiento: cuando estamos "ciegos de rábia, "enfurecidos como un toro de libia" o "locamente enamorados" el propio lenguaje indica que la razón y el pensamiento en tales situaciones no tienen la misma mínima oportunidad de exito.
Por control emocional no entendemos ahogar o reprimir las emociones, sino regular, controlar o modificar estados anímicos y sentimientos.
Un aspecto importante del autocontrol lo constituye la habilidad de moderar la propia reacción emocional a una situación, ya sea negativa o positiva. Debemos utilizar cuanto sabemos acerca de las emociones y sentimientos propios y ajenos para ayudarnos a controlar mejor nuestros impulsos.
Este taller cuenta con numerosos asistentes, pero os animamos a aquellos que aun no habeis asistido, ya que son muchas las habilidades y destrezas que adquirimos para enfrentarnos a situaciones de la vida cotidiana.
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