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martes, 19 de octubre de 2010

La Casa de la Cultura de Armilla se va a convertir en un Manicomio durante la fiesta de "Hallowen"

En el periódico Ideal de Granada del 18 de Octubre aparece la noticia de que en la fiesta de "Hallowen" la Casa de la Cultura de Armilla se va a convertir en un manicomio, también aparece la noticia en la Web del Ayuntamiento de Armilla. La actividad está organizada en colaboración con los corresponsales juveniles del Ayuntamiento y la Asociación Juvenil 'Bombalú':
"La Casa de la Cultura de Armilla se transforma en un manicomio, el sábado 30 de octubre, a partir de las 19.30 horas en la fiesta de 'Hallowenn', hasta las 01.00 horas de la madrugada. El primer pase, de 19.30 a 20.30 horas será para los más pequeños. Una Casa que, en esta ocasión se convertirá en el edificio de la locura, donde todos y cada uno de los habitantes perderá la razón.
La actividad está organizada en colaboración con los corresponsales juveniles del Ayuntamiento de Armilla, y la Asociación Juvenil 'Bombalú', así como la subvención del Instituto Andaluz de la Juventud.
De esta manera, la Casa de la Cultura se decorará como un manicomio, con habitaciones siniestras en las que aparecerán seres, dispuestos a provocar en los visitantes alucinaciones, pánico y terror. Además contará con una 'sala crematorio', otra de los cuerpos, entre otras".

Desde la Asociación SAPAME, Asociación de Usuari@s de Salud Mental de Granada, manifestamos nuestro rechazo más enérgico a este tido de iniciativas y actuaciones un tanto perversas , por los siguientes motivos:
  • Se relaciona un contexto de terror con la atención a la salud mental, y a nuestro colectivo se nos asocia entonces con el pánico y terror.
  • Desde esta asociación de la salud mental con el terror y el pánico, caemos una vez más en imágenes estereotipadas y erróneas de las personas que padecemos una enfermedad mental, que nos llevan al estigma y la discriminación: somos personas peligrosas, de conductas imprevisibles, de las que hay que huir, etc. En definitiva se atenta contra nuestra dignidad.
  • En la noticia aparece que la Casa de la Cultura se transforma en un Manicomio, cuando este tipo de instalaciones, deshumanizadoras y con una finalidad de reclusión, ya hace más de 25 años que desaparecieron.
  • Todo este tipo de relaciones tan perversas minan el trabajo que estamos realizando dese las Asociaciones de Usuari@s , en la línea de acabar con el estigma que arrastra la enfermedad mental y con todos los prejuicios e ideas erróneas que existen en torno a ella.
  • Intentamos trabajar desde el Enfoque de la Recuperación, en el sentido de que hay vida más allá de la enfermedad mental, podemos llevar una vida satisfactoria: tener un empleo, una pareja, una vida social y un papel en la comunidad. En definitiva podemos tener un proyecto vital que trasciende la enfermedad, que nosotros no somos nuestra enfermedad, hasta el punto de no poder hacer nada. Este tipo de iniciativas impiden poder transmitir este enfoque de normalización y recuperación.
  • Por último llama la atención que este tipo de iniciativas estén subvencionadas por organismos públicos, como el Ayuntamiento de Armilla y el Instituto Andaluz de la Junta de Andalucía; por una parte cuando estas Instituciones tendrían que abogar por la integración, normalización de nuestro colectivo y llevar a cabo medidas de lucha contra el estigma, en lugar de estigmatizar y crear prejuicioses ; por otra parte que actuaciones perversas y denigrantes para nuestro colectivo estén sufragados con dinero de los propios contribuyentes.

José Manuel Arévalo, Presidente de la Asociación SAPAME.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo.
    Es inadmisible que esto suceda a estas alturas. Me resulta especialmente chocante que suceda en Andalucía (y apoyado por organismos públicos) ya que desde las Canarias siempre hemos mirado con sana envidia las políticas sociosanitarias en apoyo a las luchas contra el estigma de las personas afectadas por una enfermedad mental.
    No hay que resignarse hay que luchar para que este tipo de acciones no se produzcan.
    César M.

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