Pese al titular, afortunadamente, el periodista no abunda en los habituales estereotipos que aumentan el estigma social de las personas con enfermedad mental. Además, muestra diversos puntos de vista, como el de Andrés López Pardo, de FAISEM, que afirma:
Hay un evidente riesgo de la generalización, esto es, si una persona con una posible enfermedad mental es capaz de esa brutalidad, todos los que padecen esa situación son potencialmente capaces de lo mismo. La inmensa mayoría de estas personas no cometen nunca actos violentos. Es menos de un 5% de los que se cometen y suelen ser más víctimas que perpetradores de actos agresivos.
El periodista, Pedro Ingelmo, recoge estas ideas tan necesarias para eliminar los prejuicios y los estereotipos:
Esta equivocada visión encuentra su caldo de cultivo en el estigma que padecen las personas con enfermedad mental y sus familias. Así las creencias erróneas de que las personas con enfermedad mental son violentas e impredecibles se verían reforzadas y justificarían el rechazo y la necesidad del encierro manicomial a cualquier persona con este problema. Es como si se optase por suprimir la circulación porque existen jóvenes que conducen a más de 200 kms/h, intoxicados y sin carnet.
Una buena metáfora que sería aconsejable que compartiesen todos los periodistas y, en último término, la sociedad en general.
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